CRITICAL STRUCTURES | High House Residency
March-May 2021. Norfolk, UK
The project Critical Structures was developed at High House Residency (Norfolk countryside), a collective space that seeks to provide a space for artists who wish to develop creative practices and immerse themselves in the natural environment. During three-month , the artist, as he travelled through the forest in the area, came across apparently abandoned agro-industrial structures in the middle of the territory. Objects, human accidents, that were modifying the original landscape. Through the collection of these objects and the pieces that were detached from them (mainly wood and insulation boards) and their subsequent articulation, Marco builds sculptures that try to support their own size and weight in a fragile equilibrium. From improvised processes, the artist seeks to solve problems of balance, firmness and stability of these new forms with the few materials that the place provided.
The work is configured from two sides. On the one hand, the landscape is thought of as a performative device that is modified with the passage of time and with the ways in which it is inhabited and occupied. On the other hand, the creation of these sculptures responds to the autobiographical experience of loss and reconstruction. The damaged material makes a parallel between the memory of the history of the objects themselves, their place of origin and their various uses and mutations, with the processes of memory in the subjects and individualities.
Once the sculptures were assembled as a functional whole, the artist subjected them to constant performative acts. However, as the sculptures were manipulated, they were destroyed, as the material fatigue of the past could no longer withstand the demands of present use.
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A partir de la invitación de High House Residency , espacio colectivo que busca dar lugar a artistas que deseen desarrollar prácticas creativas insertos en la naturaleza, se desarrolla el proyecto Critical Structures. Durante tres meses de estadía, el artista, en la medida en que recorría el bosque de la zona, se fue encontrando con estructuras agroindustriales aparentemente abandonadas en medio del territorio. Objetos, accidentes humanos, que iban modificando el paisaje original. A través de la recolección de dichos objetos y piezas que se desprendían de ellos (principalmente madera y planchas aislantes) y su posterior articulación, Marco construye esculturas que intentan soportar su propio tamaño y peso en un frágil equilibrio. A partir de procesos improvisados, el artista busca dar solución a problemas de balance, firmeza y estabilidad de estas nuevas formas con los pocos materiales que el lugar proporcionaba.
La obra se configura desde dos aristas. Por un lado, se piensa el paisaje como un dispositivo performativo que se modifica con el paso del tiempo y con las formas en que este es habitado y ocupado. Por otra parte, la creación de estas esculturas responde a la experiencia autobiográfica a propósito de la pérdida y la reconstrucción. El material dañado hace un paralelo entre la memoria propia de la historia de los objetos, su lugar de origen y sus diversos usos y mutaciones, con los procesos de memoria en los sujetos y las individualidades.
Una vez armadas las esculturas, como un todo funcional, el artista las somete a constantes actos performativos. Sin embargo, en la medida en que las esculturas fueron manipuladas, estas se fueron destruyendo, ya que finalmente, la fatiga material del pasado no pudo soportar las exigencias del uso presente.